Quizá no sea tan falsa ésta declaración ya que aún el mundo sigue enfrentándose a la pandemia global del Covid-19 pero la vida sigue su curso y por supuesto las empresas no pueden cerrar y dejar de producir.
Ya hemos hablado de los beneficios que tiene el trabajo desde el hogar, pero ¿acaso se han preguntado cómo es que esto modificará nuestra manera de hacer negocios? Es muy sencillo, antes tomábamos el tiempo en el que conducíamos hacia nuestra oficina para planear nuestro día o repasábamos la presentación que teníamos con aquel cliente importante, también invertíamos en nuestra apariencia para lucir lo más profesionales posible o aquellos negocios que cerrábamos en un buen restaurante después de una excelente comida porque sabíamos que nuestro cliente era fanático de ese lugar.
Así es, el mundo cambio y nuestra forma de trabajar también. Hoy ya no tenemos que hacer todo lo anterior ya que, incluso desde la comodidad de nuestra cama y un bonito fondo que nos enmarque, ahora podemos hablar con aquellos CEO’s internacionales y dejar que lo realmente importante en nuestra negociación sea lo que les convenza de cerrar ese trato con nosotros. La marca y calidad de nuestras prendas ahora cambiaron por cámaras de smartphones con mayor resolución y los mejores micrófonos.
¿Acaso esto es malo? No, para nada. De hecho nos hace adentrarnos al terreno virtual al que todo el mundo se dirige. Si eres una empresa seria y has dado la capacitación correcta a tus trabajadores éste mundo virtual será de gran ayuda y podrás crecer como lo tenías planeado; pero si eres de aquellos empresarios que cierran tratos a la vieja usanza ten la seguridad que quedarás rezagado.
Hemos conocido muchos casos de consultorías y asesores que se aprovechaban del desconocimiento de los terrenos digitales de aquellos empresarios mayores de edad o que simplemente la segregación generacional les dejó atrás y ahora con este arrastre al que el mundo fue llevado pues han tenido que avanzar a un paso mayor.
El Home Office ahora nos abre las puertas para que el verdadero valor de nuestros productos y servicios sean la única y verdadera carta de presentación. Antes esperábamos el viernes para relajarnos y disfrutar de ese “viernes casual” en la oficina, ahora lo vivimos todos los días pero no por ello relajaremos la calidad y el servicio. La pandemia del Covid-19 en el mundo empresarial ayudó a quitar la paja que obstruía conocer el verdadero valor de lo que hacíamos y ahora emplear nuestro tiempo y esfuerzo en lo que vale la pena para que nuestro mensaje tenga tres valores simples, pero que en conjunto harán grande lo que hacemos: Claridad, Sencillez e Inmediatez.
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